A quién no le ha pasado que de vez en cuando,
algunos con más frecuencia, nos sale un grano en la cara. Al verlo, por lo
general, tendemos a obsesionarnos un poco y creemos que todo el mundo lo ve. Lo
único que pueden observar en tu cara es esa espinilla o ese punto negro.
Debo confesar, aunque cuando lea este artículo
me quiera matar, que tengo una amiga un tanto obsesiva con este tema. Quizás
varias se sientan identificadas. Ven un grano, lo aprietan hasta que ya nada
sale de ahí. Lo mismo hace con los amigos, pololos y cualquier persona cercana
que por muy diminuto que sea, les salta la necesidad de sacar.
Pero ¿qué es un “grano”?
Quizás muchas lo saben, pero una espinilla es
un folículo piloso obstruido.
¿Un quéeeeee?!
Una parte de la piel (dermis) donde sale un
pelo o un vello, a veces muy diminuto, que en su interior tiene glándulas
sebáceas (las que producen sebo y grasa), que cuando se tapa y se infecta, se
forma una espinilla. Con los puntos negros ocurre lo mismo. Estos se obstruyen
por factores externos como el smog, el contacto permanente con altos niveles de
cloro o la acumulación de maquillaje.
¿Te sigue dando lo mismo no desmaquillarte cada
noche?
Pues bien, la frecuencia de este mal hábito es
lo que produce una enfermedad que tú bien conoces, llamada acné y es una infección bacteriana producida por la testosterona.
¿Cómo poder enfrentarlos?
Primero hay que destacar que lo peor que puedes
hacer es reventarlo. Recuerden que es una infección y al hacerlo, puedes
ingresar bacterias ajenas a tu organismo y agravar la infección.
Hay montones de tratamientos dermatológicos que
te pueden ayudar pero, si no es tan frecuente la aparición de estos granos,
puedes tener una rutina de limpieza que ayudará a eliminar el sebo y prevenir antes
que se infecte.
Primero debes abrir los folículos y poros de tu
piel: agua tibia o vapor no muy cerca de la cara, te ayudarán. Después debes
exfoliar tu piel, con un producto suave específico para el rostro. Un
tratamiento casero que puedes usar es mezclar miel con un poco de azúcar. Este
proceso debes hacerlo 2 veces por semana. Luego debes cerrar los folículos con
agua fría.
Para mantener esta limpieza, te recomiendo usar
suero fisiológico, que puedes comprar
en farmacias. Humedeces un algodón y lo pasas por la piel con suaves
golpecitos. Si no puedes hacerlo todos los días, trata de hacerlo luego de la
exfoliación. Esto ayuda a extraer las células muertas de la piel, cierra los
folículos, desintoxica los poros y reafirma la piel.
Un tercer paso, muy importante, es mantener
siempre hidratada tu piel. Consulta a tu dermatólogo sobre que tipo de piel
tienes y que te recomiende una crema especial para tu uso diario. Por lo
general las personas que son de piel grasa, creen no deben usar cremas, pero
sí, hay que usar una loción hidratante que incluso ayude a controlar ese exceso
de sebo.
Si te vas a maquillar es muy importante
hidrates la piel. En el mercado están los pre-maquillaje, lociones que hidratan
la piel, controlan el brillo, neutralizan el Ph, ayudan a disimular líneas de
expresión y zonas rojas que también ayudan a fijar por más tiempo el
maquillaje.
Recuerda que siempre debes quitar el maquillaje
antes de acostarte o cuando ya no sea necesario tenerlo. Así evitarás obstruir
más los poros y evitarás la aparición de granos.
También recuerda que siempre debes conocer tu
cuerpo, quererlo y respetarlo.
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